Las familias de las escuelas públicas y de las zonas rurales de Texas son las más afectadas por la crisis de la asequibilidad de los alimentos, y más de la mitad presentan signos de inseguridad alimentaria

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Hoy en día, el impacto de los precios en el supermercado es bastante generalizado. Pero para muchas familias, la respuesta va mucho más allá de la sorpresa y la resignación. La dura realidad de los precios altos y los presupuestos familiares ajustados se traduce en opciones limitadas, elecciones difíciles y necesidades retrasadas. Una nueva encuesta de No Kid Hungry Texas revela que las familias rurales y los padres de niños en edad escolar son los más afectados por esta crisis.

La encuesta muestra algunas tendencias preocupantes. Más de tres cuartas partes de los tejanos (77%) reportaron que en los últimos doce meses les ha resultado más difícil comprar alimentos. Estas cifras son superiores a las del estudio del año pasado, según el cual al 73% de los tejanos les resultaba más difícil permitirse comprar alimentos que el año anterior. Un sorprendente 81% de los encuestados dijo que el costo de los alimentos está aumentando más rápido que sus ingresos. Más de la mitad (51%) de las familias de escuelas públicas y (53%) de los residentes de zonas rurales reportaron signos de inseguridad alimentaria en los últimos 12 meses debido al costo.

Una madre del condado de Angelina compartió los retos a los que se ha enfrentado para garantizar la alimentación de sus hijos: “He tenido que ausentarme del trabajo para hacer fila en el banco de alimentos local para conseguir los alimentos que repartían, para que mis hijos pudieran comer algo ese día y quizá otro. Mis hijos han tenido que quedarse sin comer porque no teníamos nada para ellos…”.

A medida que aumenta el costo de los alimentos, las familias se ven obligadas a hacer sacrificios devastadores para llegar al fin de mes. Más de la mitad (52%) de los tejanos ha tenido que elegir entre pagar por los alimentos y otros gastos esenciales en los últimos 12 meses, como el alquiler, los servicios públicos, la gasolina, los medicamentos o las reparaciones del automóvil o la casa. Esta cifra aumenta a casi dos tercios en el caso de los padres de niños en edad escolar y los tejanos de zonas rurales. Las consecuencias de estas decisiones en la vida real quedaron claras cuando una madre del condado de Dallas compartió cómo impactaría a sus vidas disponer de un presupuesto ilimitado para la compra de alimentos: “[Comeríamos] más saludable, pagaríamos más cuentas a tiempo y no tendría que estar pendiente de un posible embargo del vehículo familiar”.

Las familias también se ven obligadas a hacer concesiones difíciles en el supermercado, y está afectando a su salud. Los alimentos más saludables son los primeros que se sacrifican ante el elevado costo de los alimentos, y los tejanos se ha visto obligados a optar por alimentos más baratos y menos nutritivos para estirar su presupuesto: El 49% compró menos (o nada) proteína y el 43% compró menos (o nada) de vegetales frescos. Los padres quieren comprar alimentos más saludables, pero no pueden permitírselos. Cuando se le preguntó a una madre del condado de Brazos qué haría si dispusiera de un presupuesto ilimitado para comprar alimentos, contestó: “Por una vez podría preparar a mis hijos comidas más saludables en lugar de fideos instantáneos y nuggets de pollo. Mis hijos estarán emocionados por comer”.

Casi todos los tejanos exigen medidas contra el hambre infantil: el 95% dice que los funcionarios electos de Texas deberían hacer más para acabar con el hambre infantil y el 97% dice que acabar con el hambre infantil en Texas debería ser un objetivo compartido y bipartidista. Mientras los niños de Texas comienzan un nuevo año escolar, los líderes de su estado enfrentan dos prioridades legislativas importantes en el tema del hambre infantil:

  • Los tejanos apoyan abrumadoramente el Summer EBT, con un 87% de acuerdo en que Texas debería participar en el programa para el verano de 2025. Al proporcionar beneficios de alimentos directamente a las familias con niños elegibles para comidas gratuitas o a precio reducido, este programa puede ayudar a compensar el aumento de los costos de los alimentos que las familias enfrentan en ausencia de comidas escolares. Con un extra de $40 por niño por mes en su presupuesto de comida, más de la mitad de los padres y cuidadores daría prioridad a la compra de proteínas como carne y pescado (56%), así como productos frescos (52%). Texas fue uno de solo 13 estados que no ofrecieron el programa en 2024, pero el estado tiene la oportunidad de proporcionar este beneficio crítico a 3.8 millones de niños en 2025, aportando más de $450 millones de dólares federales al estado.
  • La legislatura de Texas aprobó $6.6 millones de dólares para el bienio 2024-25, ayudando a casi 70,000 niños elegibles para recibir comidas a precio reducido a recibir desayunos escolares sin costo alguno, pero sin acción, estas comidas esenciales desaparecerán. Se necesitará una segunda aprobación presupuestaria para el próximo bienio 2026-27 para que los niños puedan seguir contando con un comienzo nutritivo de su día de aprendizaje.

En vista de esta gran cantidad de preocupantes estadísticas sobre el hambre y la demanda casi unánime de acción, instamos a los funcionarios electos de Texas a que implementen soluciones políticas a largo plazo que han demostrado reducir el hambre. Los niños de Texas cuentan con ello.

No Kid Hungry Texas comisionó la encuesta a Change Research, que entrevistó a 1,133 adultos de Texas, incluidos muchos padres de niños en edad escolar. La encuesta se realizó entre el 22 y el 26 de julio de 2024 y tiene un margen de error de +/- 3,4%. Un resumen de los resultados, junto con el cuestionario, la metodología y los resultados completos, están disponibles aquí.